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“Canciones que cuentan historias, motos que rugen con alma. Bienvenido al Sueño de Transilvania.”

Una canción en un bar

El motor se apagó cuando el sol se marchó, con el casco en la barra pidió lo de siempre,
habla poco, pero el viejo barman lo entiende, es de esos que guardan heridas silentes.

Una cerveza, una guitarra, un amigo en un bar,
su moto en la puerta le espera pa' andar,
una canción que resuena y le hace llorar,
un amor ya muy lejos que no puede olvidar...

En la radio se oye aquel viejo tema,
el que bailaban cuando ella era su estrella,
y aunque han pasado ya años de carretera,
su alma tiembla cuando suena la canción.

Kilómetros grises, noches sin hablar,
rostros sin nombre, pensamientos sin paz.
Pero hay una ruta que nunca se va:
la que lleva al pasado, donde ella está.

A veces sonríe cuando cree verla,
como un faro perdido brillando en la niebla.
Acelera fuerte, como si el viento pudiera
borrar lo que lleva por dentro.

Una cerveza, una guitarra, un amigo en un bar,
su moto en la puerta le espera pa' andar,
una canción que resuena y le hace llorar,
un amor ya muy lejos que no puede olvidar...

Historia de "Una cancion en un bar.."

Esta canción nació de muchas conversaciones con amigos moteros. Compañeros de ruta, de curvas, de noches largas hablando en la barra de algún bar perdido. Muchos de ellos, duros por fuera, fuertes en apariencia, pero con historias de amor que nunca se apagaron del todo. Amores que quedaron atrás por decisiones, por el camino, por la vida misma... pero que siguen vivos, ahí, en el fondo, como brasas que no se ven pero siguen ardiendo.

Cada uno de ellos tiene esa canción, la que suena en la radio y les cambia el rostro. La que les recuerda a ella. La que hace que bajen la mirada un segundo o aprieten el puño con más fuerza sobre el manillar.

Esta canción es un homenaje a todos esos moteros que, aunque han aprendido a seguir adelante, nunca han olvidado a quien una vez les iluminó el corazón. Porque hay rutas que se hacen con el cuerpo... y otras que solo se recorren con el alma.

Mi amor, mi Madrid

Mi amor, mi Madrid...
Mi blanco puro de siempre...
Mis ganas de vivir...
Mis risas y mis batallas...
Alegrías... y sufrir...
Mi Madrid, mi amor eterno...
¡Ala, ala Madrid!

Cuando todo se tuerce en la vida...
y el camino parece sin fin...
apareces tú... luz encendida...
en tu blanco encuentro mi razón de seguir.

Tu escudo arde en mi pecho...
tu historia me enseña a vivir.

Mi amor, mi Madrid...
Mi blanco puro de siempre...
Mis ganas de vivir...
Mis risas y mis batallas...
Alegrías... y sufrir...
Mi Madrid, mi amor eterno...
¡Ala, ala Madrid!

En las noches de miedo y derrota...
cuando tiemblan las fuerzas en mí...
ahí estás... Mi Madrid, mi gigante...
enseñándome a no desistir.

Si tú no te rindes... yo tampoco...
¡Vamos juntos hasta el fin!

Mi amor, mi Madrid...
Mi blanco puro de siempre...
Mis ganas de vivir...
Mis risas y mis batallas...
Alegrías... y sufrir...
Mi Madrid, mi amor eterno...
¡Ala, ala Madrid!

Historia "Mi amor,mi Madrid"

Esta canción es un homenaje sentido y apasionado al Real Madrid, un club que ha marcado generaciones y que representa algo más que fútbol. Su historia, sus remontadas imposibles, su carácter de lucha hasta el último segundo, inspiraron estos versos.

Está dedicada a todos los que han sentido en el corazón el rugido del Bernabéu, a quienes han llorado y gritado con su equipo, y sobre todo, a esa actitud inquebrantable de no rendirse jamás, sin importar el marcador ni el rival.

"Mi amor, mi Madrid" nace de esa emoción que muchos llevamos dentro, como una bandera que no se baja nunca.

Ráfagas al cielo

Ráfagas al cielo, hermanos caídos,
Vuestra voz aún resuena en el viento.
Cada curva tomada, cada sueño cumplido,
Os llevamos siempre en nuestro pensamiento.

Ráfagas al cielo, en la ruta infinita,
Con motor y coraje trazasteis el sendero.
Vuestra huella en el asfalto, la historia escrita,
Nos recuerda el valor y el amor verdadero.

Ráfagas al cielo, en la noche estrellada,
Entre luces y sombras tu espíritu vuela.
El eco de vuestros motores en la madrugada,
Es el himno eterno que el viento lleva.

Ráfagas al cielo, no es un adiós sino un hasta luego,
El viaje continúa, más allá del horizonte.
Vuestras vidas, faros en este duelo,
Nos guían, nos inspiran, sin perder el norte.

Ráfagas al cielo, moteros queridos,
Vuestro espíritu libre nunca se apaga.
En la carretera del tiempo y sus ríos,
Vuestra luz, para siempre, el camino... marca.

Ráfagas al cielo, en la noche estrellada,
Entre luces y sombras tu espíritu vuela.
El eco de vuestros motores en la madrugada,
Es el himno eterno que el viento lleva.

Ráfagas al cielo, moteros queridos,
Vuestro espíritu libre nunca se apaga.
En la carretera del tiempo y sus ríos,
Vuestra luz, para siempre, el camino marca.

Historia de "Rafagas al cielo"

Esta canción es un homenaje profundo y sincero a todos los moteros que hemos perdido en la carretera o en cualquier otra circunstancia. Está dedicada no solo a quienes ya no están físicamente, sino también a sus familias, hermanos de ruta y a toda la comunidad motera que sigue recordándolos con cada ráfaga al cielo. Porque su espíritu libre y su pasión siguen vivos en cada kilómetro recorrido.

Canción de Castilla

Soy hijo del Duero, del viento y de la sierra,
del trigo dorado que cubre esta tierra.
Castellano me llaman, y en mi corazón
resuenan siglos de gloria y honor.

No temo al invierno, ni al sol ardiente,
pues llevo en la sangre la fe de mi gente.
La honra es mi escudo, mi espada es verdad,
Castilla es mi templo, mi lealtad.

De reyes y tercios va nuestra historia,
con manos rezando y sede de victoria.
No doblo rodilla si no es por justicia,
ni vendo mi alma por vana codicia.

Que ruja la gaita, que el tambor resuene,
que el vino y el pan en la mesa se queden.
Pues ser castellano es más que un destino,
es ser roca firme, es mi camino.

El día que el tiempo me pida marchar,
que el polvo de Castilla me vaya a abrazar.
Que diga la tierra, contando verdad:
“Vivió como quiso, con honor y lealtad.”

Historia de Cancion de Castilla

Esta canción es un homenaje a la identidad castellana: su paisaje, su historia y su gente. Refleja el orgullo y el espíritu de quienes han nacido y vivido en estas tierras, con respeto a sus raíces, valores y tradiciones.

Soldado de Castilla (Rock Version)

Por los campos de Castilla, bajo el sol ardiente,
un soldado marcha firme, con su alma valiente.
El acero en su cintura, su fe en el corazón,
en la guerra busca gloria, en la vida, redención.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

De su aldea lleva el eco, los suspiros de su amor,
un pañuelo entre sus manos, su amuleto protector.
No teme a las espadas, ni al rugir del cañón,
su alma canta a la patria, y al honor su oración.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

En la noche se alza el canto, de los lobos y la guerra,
sabe que el alba lo encuentra, sobre sangre y bajo tierra.
Mas en su pecho hay un fuego que jamás se apagará,
el deber de un castellano, que su historia escribirá.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

Cuando termine esta batalla, y regrese al hogar,
al calor de su taberna, su historia contará.
Y si el destino lo lleva, a no poder regresar,
que su nombre quede escrito donde va a descansar.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

Historia de Soldado de Castilla

Esta versión rock titulada Soldado de Castilla nace de una composición anterior, con un aire más de taberna y trovador, que evocaba el ambiente íntimo y fraternal de una posada medieval. En esta nueva entrega, el espíritu del soldado se eleva con guitarras eléctricas y fuerza épica, sin perder su mensaje: el honor, la esperanza y el amor que esperan al final del combate.

Aspa de Borgoña

Aspa de Borgoña pura,
En España es mi natura,
En Italia es mi ventura,
En Flandes mi sepultura.

Cruz de sangre, tela blanca,
Picas grandes, España santa.
Arcabuces, rodeleros,
Gritan hombres, brilla acero.

En Castilla dejas madres,
En Milán tus alegrías,
En Breda tus picas alzas,
Telas blancas, rojas aspas.

Aspa de Borgoña pura,
En España es mi natura,
En Italia es mi ventura,
En Flandes mi sepultura.

Cruz de sangre, tela blanca,
Picas grandes, España santa.

En Rocroi tambores callan,
Lealtad a tu bandera,
Cruces rojas, llora el cielo.
Sepulturas, picas caen,
En la tumba con tu acero.

Aspa de Borgoña pura,
En España es mi natura,
En Italia es mi ventura,
En Flandes mi sepultura.

Cruz de sangre, tela blanca,
Picas grandes, España santa.
Arcabuces, rodeleros,
Gritan hombres, brilla acero.

Historia de Aspa de Borgoña

Esta canción es un homenaje a los soldados de los Tercios Españoles, una de las fuerzas militares más temidas y respetadas de la Europa del siglo XVI y XVII. Inspirada en la famosa coplilla popular “España mi natura, Italia mi ventura, Flandes mi sepultura”, refleja con crudeza y orgullo el destino del soldado castellano: nacido en España, afortunado en las campañas italianas, pero casi siempre sentenciado a morir en los campos de batalla de Flandes.

El Aspa de Borgoña, símbolo militar de estos Tercios, ondeaba en cada batalla, como estandarte de honor, valentía y sacrificio. Las referencias a lugares como Breda, Milán o Rocroi evocan momentos gloriosos y trágicos de una época marcada por la guerra, la religión, la lealtad y la muerte. Esta canción honra a aquellos hombres que, entre arcabuces y lanzas, escribieron con sangre la historia de España.

Sangre de Trajano

Cuando la sombra te envuelve en su manto,
y el camino parece un desierto quebranto,
mira hacia dentro, escucha en lo lejano
un eco que grita: "Llevas sangre de Trajano".

La loba, la loba, la loba de antaño
¡¡¡Jamás lo olvides!!! Eres hijo de Trajano¡!!!
El águila, el águila, ¡¡¡El estandarte romano!!!
¡¡Jamás lo olvides!! ¡¡Eres hijo de Trajano!!

No importa el abismo que enfrente tu paso,
ni el peso del mundo que te atrape con su lazo.
En tu pecho arde un fuego romano,
Eres su hijo, el hijo de Trajano.

Sangre de mármol, de acero y victoria,
fluye en tus venas, cargada de historia.
Del lobo que amamantó al pueblo romano,
tú eres la llama, el hijo lejano.

Cuando la vida te invita al dolor,
recuerda que llevas la fuerza y ​​el valor
de quien cruzó ríos, alzó estandartes,
y conquistó sueños en tierras distantes.

Levanta la frente, enfrenta el mañana,
en tu espíritu vive la Roma lejana.
Que el águila vuela, alto y lejano:
¡Eres eterno! ¡Eres hijo de Trajano!

Historia de Sangre de Trajano

Esta canción es un homenaje simbólico al legado de valentía, poder y orgullo que representa el emperador Trajano, el primer emperador hispano del Imperio Romano. “Sangre de Trajano” nos recuerda nuestras raíces comunes con Roma y el espíritu indomable que aún vive en quienes creen en el valor, la fuerza interior y la historia. Una llamada a la identidad y a no olvidar nunca de dónde venimos.

Honor y Gloria

Oh, Tercios de España, guerreros sin par,
Forjados en fuego, en la mar y en la tierra,
Portando la gloria en su duro bregar,
Leyendas de acero en la furia de guerra.

Con picas al viento y ropón polvoriento,
Marchaban altivos por campos de honor,
Bajo el sol del desierto o el frío violento,
Eran el orgullo del viejo emperador.

De Flandes a Italia, por toda Europa,
Llevaban su fuerza, su lealtad sin igual,
Como un trueno en batalla, su nombre retumba,
La sangre en sus venas, del rojo imperial.

Hombres de hierro, con alma de fuego,
Que nunca cedieron ni dieron un paso atrás,
Fueron escudo y espada, castillo y relevo,
Custodios del imperio en su tiempo de paz.

Su huella marcó cada piedra, cada muro,
Desde Breda sitiada hasta Rocroi fatal,
Y aunque el tiempo avanza con su paso seguro,
Sus gestas resuenan con eco inmortal.

Oh, Tercios valientes, de honor sin mancilla,
Vuestra fama perdura, vuestra gloria no muere,
Sois mito, leyenda, en cada semilla,
De la historia española que al mundo conmueve.

A vuestro legado, nuestro canto rendimos,
Con el orgullo de un pueblo que nunca os olvida,
Valientes Tercios, os siempre aplaudimos,
Por vuestra bravura que al alma se anida.

Historia de Honor y Gloria

Esta canción es un homenaje a los Tercios Españoles, una de las unidades militares más emblemáticas y temidas de la historia europea. Representaron el valor, la estrategia y la resistencia del imperio español durante los siglos XVI y XVII. La canción recoge su esencia de leyenda viva, desde las campañas en Flandes hasta sus gestas en Italia, reconociendo su sacrificio, lealtad y la huella que dejaron en la historia militar universal.

Letra: Esta canción es instrumental, sin letra, creada para expresar emociones y homenaje sin palabras.

Historia: Esta pieza instrumental rinde homenaje a la Batalla de Rocroi, librada el 19 de mayo de 1643, considerada como la última gran batalla de los Tercios españoles. Sin palabras, la melodía busca transmitir el honor, el coraje y la caída digna de aquellos soldados que marcaron un capítulo glorioso y doloroso de la historia militar española.

Estrellas en la niebla

En un barco partieron, rumbo al horizonte,
dejando su tierra, sus montes y el sol.
Sus risas quedaban en un mar distante,
y en sus ojos la pena de un país en dolor.

Niños de Rusia, estrellas en la niebla,
sus manos vacías, sus almas sin tregua.
En tierras extrañas, crecerán sin cesar,
pero en su corazón, España vivirá.

Llegaron a tierras de nieve y metal,
con palabras distintas, un frío glacial.
En las aulas cantaban con un nuevo acento,
pero en sus sueños, volvían al viento.

Las cartas viajaban, llenas de esperanza,
de madres que añoran, de niños sin infancia.
Lejos de casa, las voces se cruzan,
sueños de reencuentro que el tiempo rehúsa.

Los años pasaron, los niños crecieron,
con recuerdos de un sol que nunca volvieron.
Algunos fueron, otros se quedaron,
en tierras lejanas donde todo cambiaron.

Niños de Rusia, estrellas en el cielo,
sus pasos en la nieve, susurran sin miedo.
Aunque lejos estén, sus raíces vendrán,
a la tierra que un día juraron amar.

Ahora en sus ojos, un brillo de historia,
cicatrices guardadas, un eco en la memoria.
La patria lejana, siempre los llamó,
aunque el tiempo y la vida los separó.

Niños de Rusia, almas sin final,
en sus corazones, España y su mar.
De tierras lejanas siempre soñarán,
el retorno a la patria que nunca olvidarán.

Niños de España, aunque lejos estén,
sus voces resuenan como un viejo laúd.
Y en cada suspiro, en cada mirar,
llevan la promesa de un hogar por encontrar.

Historia de la canción

Se denomina “Niños de Rusia” a los miles de menores de edad enviados al exilio durante la Guerra Civil Española desde la zona republicana a la Unión Soviética entre 1937 y 1938. En total, unos 37.500 niños fueron evacuados al extranjero en operaciones de salvamento. De ellos, unos 3.000 fueron enviados a la URSS, en su mayoría vascos y asturianos. Muchos no regresaron jamás. Esta canción es un homenaje musical que, con delicadeza y profundidad, recuerda su historia, sus pérdidas y su inquebrantable vínculo con España.

Apalabrados por el destino

Volaron nuestros sueños, pero te sueño siempre.
Eres la ausencia que está siempre presente.
Mi bruja bailarina, mi mar, mi fuego ardiente.
Mi manchega de alma firme, mi bruja, mi gran dolor.
Fuiste madre como nadie, con coraje y con valor.
Te tocó ser padre a veces, sin quejarte, sin rencor.
Y lo diste todo siempre, con sonrisas, con amor.

Volaron nuestros sueños, pero te sueño siempre.
Eres la ausencia que está siempre presente.
Mi bruja bailarina, mi mar, mi fuego ardiente.

“Mi nene, mi riojano”… el recuerdo de su voz
me susurra, no lo olvido, me acaricia el corazón.

Volaron nuestros sueños, pero te sueño siempre.
Eres la ausencia que está siempre presente.
Mi bruja bailarina, mi mar, mi fuego ardiente.

Historia de Apalabrados por el destino

Esta canción fue compuesta con los recuerdos y sentimientos de mi amigo Larry, quien perdió a su gran amor, Mar. Se conocieron en enero de 2014 jugando al juego Apalabrados, y desde entonces compartieron un vínculo único.

Mar, manchega de alma firme, lo llamaba “mi nene, mi riojano”; él, con cariño, la llamaba “mi bruja”. Mar se fue en 2025, pero nunca se fue del todo. Esta canción está hecha con sus recuerdos, sus lágrimas... y también las mías.

Soldado de Castilla (Folk Taberna)

Por los campos de Castilla, bajo el sol ardiente,
un soldado marcha firme, con su alma valiente.
El acero en su cintura, su fe en el corazón,
en la guerra busca gloria, en la vida, redención.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

De su aldea lleva el eco, los suspiros de su amor,
un pañuelo entre sus manos, su amuleto protector.
No teme a las espadas, ni al rugir del cañón,
su alma canta a la patria, y al honor su oración.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

En la noche se alza el canto, de los lobos y la guerra,
sabe que el alba lo encuentra, sobre sangre y bajo tierra.
Mas en su pecho hay un fuego que jamás se apagará,
el deber de un castellano, que su historia escribirá.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

Cuando termine esta batalla, y regrese al hogar,
al calor de su taberna, su historia contará.
Y si el destino lo lleva, a no poder regresar,
que su nombre quede escrito donde va a descansar.

¡Oh, brindemos en la taberna, con el vino y esta canción!
Que la luna le guíe, que el sol le dé calor,
que vuelva sano a su casa, que reencuentre su amor.

Historia de Soldado de Castilla (Folk Taberna)

Esta es la versión original de la canción Soldado de Castilla, con un estilo más íntimo, folk y de taberna, pensada para evocar las noches de camaradería en posadas medievales. Fue la primera versión compuesta antes de realizar la adaptación rock. Aquí, la guitarra acústica y el tono narrativo transportan al oyente a un ambiente cálido, fraterno y nostálgico.

Sobre dos ruedas

La vida es un viaje, en moto arrancamos,
desde el primer grito, el viento abrazamos.
Sobre dos ruedas, sin mapa ni plan,
buscando destinos, batallas que dar.

Acelera, siente el pulso del motor,
cada kilómetro, una historia de valor.
Con victorias y caídas, con un poco dolor,
la vida es un viaje, no pierdas el control.

Montañas de logros, subimos sin miedo,
la cima es un sueño, alcanzamos el cielo.
Pero en cada curva, acecha el peligro,
los fracasos nos golpean, nos hacen más vivos.

Acelera, siente el pulso del motor,
cada kilómetro, una historia de valor.
Con victorias y caídas, con un poco dolor,
la vida es un viaje, no pierdas el control.

Amigos caídos, sus voces se apagan,
como faros alumbran, el camino nos marcan.
Otros se van, pero dejan su alma,
en el eco del viento, nuestro amor nos reclaman.

El final se acerca, el camino se estrecha,
pero no nos rendimos, está cerca la meta.
El final ha llegado, el destino sagrado,
el viaje ha valido, lo vivido ha importado.

Acelera, siente el pulso del motor,
cada kilómetro, una historia de valor.
Con victorias y caídas, con un poco dolor,
la vida es un viaje, no pierdas el control.

Historia de la canción

“Sobre dos ruedas” es más que una canción para moteros: es una metáfora de la vida misma. Cada kilómetro simboliza una etapa vivida, con sus triunfos y fracasos. Las curvas representan los desafíos inesperados; las caídas, nuestros errores y pérdidas; las aceleraciones, esos momentos en que nos atrevemos a ir más allá del miedo.

Como en la carretera, en la vida no hay un mapa perfecto. A veces solo avanzamos con el viento en la cara y el corazón lleno de historias. Esta canción rinde homenaje a todos los que siguen adelante a pesar de las caídas, a los que perdieron amigos en el camino, pero siguen rodando con su recuerdo. Porque al final, lo importante no es llegar, sino cómo rodamos... y con quién.

Rodando

Rodando, rodando
Soñando despierto,
rodando, rodando,
hermano del viento.

Sonrisas de luna,
lágrimas del sol,
le miran, le juzgan
desde el retrovisor...

Cicatrices viejas
en su alma, en su piel,
los recuerdos, el pasado
que viajan con él.

No hay rumbo fijo,
solo viento y asfalto,
su caballo de hierro,
su rugido y su llanto...

Rodando, rodando,
soñando despierto,
rodando, rodando,
hermano del viento.

Sonrisas de luna,
lágrimas del sol,
le miran, le juzgan
desde el retrovisor...

Rodando, rodando
Es hijo del trueno,
Su hierro lo lleva
Su dragón de acero

Lágrimas de luna
Sonrisas del sol
Su puño aprieta
El acelerador.

Historia de la canción

"Rodando" es un retrato poético del alma nómada. Representa a ese motero solitario que lleva en su piel las cicatrices del tiempo y en su corazón el peso de lo vivido. No busca un destino, sino que encuentra sentido en cada kilómetro, en cada ráfaga de viento que le golpea la cara.

Su moto, su "dragón de acero", no es solo un vehículo: es su refugio, su cómplice y su única certeza. Rodar es su forma de escapar, pero también de sanar. En cada curva deja atrás un juicio, un recuerdo o un dolor. La luna lo mira con ternura, el sol le recuerda que sigue vivo.

Esta canción es para todos los que encuentran libertad en el movimiento, que no buscan explicación, solo carretera. Para los que han aprendido a vivir con el retrovisor lleno de pasado... pero con la vista siempre al frente.

Tercios Eternos

Tercios eternos, jamás vencidos,
forjados en fuego, por Dios elegidos.

¡Uno! San Quintín — fuego, acero
¡Dos! Pavía — lanza, infierno
¡Tres! Empel — milagro, hielo
¡Cuatro! Nordlingen — sombra, cielo
¡Cinco! Breda — honra, muro
¡Seis! Ceriñola — sangre, puro
¡Siete! Rocroi — fin y mito
¡Ocho! Mühlberg — cruz, grito
¡Nueve! Gravelinas — trono, llama
¡Diez! Génova — oro, espada
¡Once! Montaña Blanca — orden, venganza
¡Doce! Castelnuovo — muerte, lanza
¡Trece! Ostende — furia, viento
¡Catorce! Lepanto — fe, tormento
¡Quince! Namur — noche, canto
¡Dieciséis! La Goleta — hierro, manto

Tercios eternos, jamás vencidos,
forjados en fuego, por Dios elegidos.

(se repite el bloque con las batallas como en la letra completa...)

Historia de "Tercios Eternos"

Esta canción rinde homenaje a las batallas más emblemáticas de los Tercios Españoles, considerados una de las fuerzas militares más formidables de la historia. Cada verso es una evocación poética de una batalla histórica, desde San Quintín hasta La Goleta, pasando por hazañas milagrosas como Empel o épicas como Lepanto.

Con un ritmo marcial y solemne, esta composición celebra el coraje, la disciplina y la fe de unos soldados que marcaron siglos de historia europea. Cada línea encierra una imagen, un símbolo y un legado. Porque los Tercios no solo combatieron en los campos de batalla: escribieron páginas de eternidad.

“Forjados en fuego, por Dios elegidos”… así los recuerda esta canción, como una fuerza inmortal que sigue viva en la memoria.